Existe actualmente una sensación de euforia entorno a la reducción del dólar, después de todo, un dólar bajo abarata el precio de los productos importados. Sin embargo ¿Es posible confiar en que el precio seguirá bajando en los próximos meses?
Respondamos a una pregunta esencial ¿Qué es lo que determina que el dólar suba o baje? Son múltiples los factores. Pero lo que determina las rápidas variaciones de su precio en periodos relativamente cortos de tiempo, son los movimientos de capitales que realizan los inversionistas extranjeros entre países. Lo que mueve el flujo de capitales entre fronteras es la búsqueda de rentabilidad relativa. De esta manera, cuando surgen cambios repentinos en el panorama económico que aumentan el riego, los inversionistas reaccionan buscando alternativas de inversión seguras, liquidando activos en los mercados locales e intercambiándolos por dólares, reduciendo con ello la oferta de divisas en el país receptor y presionando al alza sobre el precio.
Es por esta razón que, en marzo del presente año, la rápida propagación de la pandemia del COVID-19 condujo a que el dólar alcanzara niveles históricamente altos en la mayoría de países de la región. El pánico desatado, se apoderó a tal grado de la mentalidad de los mercados que produjo un periodo de profunda turbulencia en los mercados financieros a nivel mundial, induciendo una oleada de retiradas de capital sin precedentes de las economías emergentes y en desarrollo hacia las economías avanzadas. Es así como en Colombia, el dólar llego a cotizarse cerca a los $4.200.
No obstante, el repunte fue transitorio, retomando una senda de reducción gradual entre abril y junio, aproximándose a los $3.550 para el cierre del último mes. Durante los meses posteriores, el precio del dólar se fortaleció nuevamente y se mantuvo entre una franja de $3.700 y $3.900 hasta comienzos del mes de noviembre cuando volvió a romper a la baja. En el presente, el dólar se acerca a los $3.500.
Gráfico histórico TRM 2020
Traiding View
Pero mucho cuidado, mantener expectativas sobre la posibilidad de que su precio disminuya en los próximos meses puede ser arriesgado. A pesar de que ha cotizado por debajo de los $4.000, el comportamiento registrado a lo largo del periodo ha sido sumamente volátil. El actual deterioro de las condiciones económicas a nivel mundial acumula una serie de factores de riesgo que en caso de ser materializados, pueden conducir a que el precio del dólar se eleve nuevamente.
El rápido aumento del déficit público en el cual el gobierno ha incurrido para moderar los devastadores efectos provocados por la pandemia, ha sembrado la incertidumbre con respecto a la sostenibilidad fiscal, de tal manera, que las agencias calificadoras de riesgo han reducido la calificación crediticia de los bonos de gobierno, profundizando con ello, la salida de capitales que venían reduciéndose desde el choque de la pandemia. La probabilidad de que se pierda el grado de inversión puede conducir a que se frene la entrada de capitales reforzando la presión sobre el precio del dólar.
Sin embargo, en el contexto presente uno de los principales factores de incertidumbre que puede volver a llevar a la divisa a niveles superiores a los $4.000 esta relacionado con la propagación de una nueva oleada de contagio que obligue a los países a adoptar medidas de cierre generalizado en los próximos meses. En la última rueda de prensa, la OMS mencionó que los casos de contagio en países como Brasil y México se han aumentado rápidamente. Las estimaciones presentadas revelan altas probabilidades de que el número de contagios se incremente al finalizar el 2020 como consecuencia de las medidas de flexibilización adoptadas recientemente (WHO).
En este sentido, el llamado es a la cautela, la disminución actual del precio del dólar pone de manifiesto su extrema sensibilidad para variar en periodos de tiempo relativamente cortos. Con la misma facilidad con que el precio de la divisa se ha corregido en el último mes, cambios no anticipados del entorno internacional e interno pueden presionar nuevamente al alza sobre la cotización.
Existen actualmente altas probabilidades de que se pierda el grado de inversión para el país por el creciente aumento de la deuda pública, ello puede incentivar la salida de capitales elevando el precio. Asimismo, la implementación de nuevas medidas de confinamiento en las economías avanzadas como resultado de una oleada de contagio, puede disminuir la entrada de divisas por exportación llevando a que del dólar alcance nuevamente precios elevados.
La euforia en exceso es peligrosa, apostarle a una depreciación más fuerte del dólar cuando de fondo se acumula una serie de vulnerabilidades que podrían impulsar su revaluación, puede conducir a decisiones equivocadas, sobre todo para aquellos inversionistas e instituciones que piensan endeudarse en moneda extranjera ahora que cotiza barato.
Fuente:
OMS
WHO
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